The Fray - You Found Me (LOST)

lunes, 16 de junio de 2008

Debate: Sobre relativismo cultural

Bueno, vuestra discusión es una de las más habituales en Antropología, y de las que creo que no tienen salida. Está claro que ella defiende un relativismo cultural, como buena antropóloga: todas las culturas son igualmente respetables, unas no son superiores a otras, sólo diferentes. Y que esta forma de pensar es la adecuada para evitar las guerras y las invasiones.
Hace muchos siglos descubrimos los seres humanos que existíamos hasta entonces en nuestro planeta, a otros seres que parecían humanos en África y América, y nos vimos en la obligación moral de mostrarles cuál era la verdad, la divina, la única. Aunque algunos de estos seres humanos eran demasiado negros para estar creados a imagen y semejanza de dios, por tanto, antes que poner en tela de juicio la creación divina, o peor aún, la imagen de dios, era obvio que aquellos otros seres humanos tan oscuros eran diferentes a nosotros, y por tanto inferiores: a algunos los matamos, a otros los usamos de esclavos.

Siglo XXI: Nosotros, representados por la Tríada de las Azores, los buenos, invadimos a otro pueblo, porque son los otros, los malos, y como tenemos la verdad absoluta (o la convicción de que la poseemos), teníamos el derecho de hacer la guerra a un pueblo. Y no sólo guerras: colonización, genocidio...Por esta razón estoy de acuerdo con la antropóloga. Ella defiende un relativismo cultural frente a un etnocentrismo, que es todo lo contrario.En cuanto a tus opiniones, me parecem utópicas y viciadas por tu etnocentrismo, del que personalmente creo que sólo unos pocos seres humanos son capaces de desprenderse, y yo tampoco soy uno de ellos.

Tu etnocentrismo. Me refiero a tu idea de que existen unos valores absolutos, comunes a todas las culturas, pero lo dices desde una perspectiva, la tuya, imbuida por una educación, una moral, una ética y unas circunstancias muy concretas. Con todo ese bagaje, no puedes elaborar juicios de valor sobre las costumbres o culturas de otros pueblos. O sí que puedes, pero desde un etnocentrismo o desde una opinión personal subjetiva. Y lo mismo ocurre cuando defiendes que tu cultura es más avanzada que otras, o añades que al menos en determinados aspectos. Me parece muy bien que pienses eso, pero es desde tu subjetividad. Es como decir que nuestra sociedad es mejor que la sociedad del Neolítico: son sociedades diferentes.

Creo que es una utopía pretender alcanzar un consenso sobre cuáles son los valores universales, ¿los tuyos? ¿los míos? Y no estoy de acuerdo contigo en que la justicia o el amor tengan la misma concepción, ya no sólo entre dos pueblos totalmente opuestos, ni siquiera entre tu idea y la mía de esas abstracciones. Me considero defensor de los derechos humanos 'universales', como la democracia, la libertad, la igualdad... pero es sólo una utopía.

Lo que dices al final, sí, me parece muy bonito, que pienses que España sea más avanzada en derechos sociales que China (los desórdenes siempre serán más graves cuando ocurran en una democracia, que en un país donde no existen esos derechos), o que un homosexual viva mejor en la Unión Europea (demasiado abierto has dejado este arco) que en algunos países islamistas o sudamericanos en los que sufren incluso con la muerte. Estoy de acuerdo contigo, pero esas valoraciones que haces no son objetivas. Lo que pienso que la antropóloga quería decirte es eso, que hablas desde la subjetividad que ha ido desarrollándose en ti, que es similar a la mía, porque tenemos la misma cultura, pero que es totalmente diferente a esas que juzgas, y los valores con los que juzgas no son los mismos valores que emplean en esas culturas.

En definitiva creo que para ser objetivo debes observar cada cultura desde dentro, utilizando los valores de esas culturas, viviendo en sus costumbres. Por eso digo que muy pocas personas son capaces de alcanzar esa empatía, se me ocurren aquellas personas occidentales que van a vivir a países musulmanes, y después de empaparse de esa nueva cultura, la hacen suya, incluyendo la religión; o viceversa, personas de países musulmanes que viajan a Occidente.

Y antes de juzgar a otras culturas con nuestros valores, creo que nos queda mucha autocrítica que hacernos a los occidentales, antes de pensarnos superiores. Si China no firma la Carta de los Derechos Humanos, al menos es coherente con sus actos. Pero desde mi opinión, me resulta más espantoso que países que se hacen llamar democráticos, atenten día sí y día también contra estos derechos. Véase Estados Unidos: dependiendo del estado, torturas, pena de muerte, prohibición de la sodomía ya sea entre hombres homosexuales o de un hombre a una mujer), guerras, aliados antidemocráticos.Paradójicamente, los USA tienen una moral (se me revuelve el estómago cuando uno conceptos tan contrarios) muy voraz, pero son la principal industria pornográfica, en muchos de cuyos productos la mujer es un simple objeto sexual, y a veces peor, porque sufre el dominio y las vejaciones del hombre.Y en España, no sé cuántas mujeres mueren a manos de sus maridos en China o en Irán, pero aquí a la mujer tampoco la tratamos muy bien, ni a los inmigrantes, ni a los homosexuales, ni a todo lo que se ha ido considerando 'otro'.¿Por qué nos parece un crimen que en Corea se coman a los perros, pero consideramos un arte asesinar a un toro, ante un público que paga grandes sumas por verlo?


En fin, creo que con estos debates se aprenden muchas cosas, que dependiendo de los ejemplos que pongamos pensaremos de una u otra forma, pero que en el fondo estamos de acuerdo en cuál es nuestro modelo ideal de sociedad.

jueves, 12 de junio de 2008

Suburbia

En un extremo de la tranquila población de Suburbia, donde toda vida transcurre en la más absoluta monotonía, sólo una mansión pasa desapercibida. Es incomprensible que sea precisamente la que es distinta a las demás. Suburbia es una muestra de cualquier otra ciudad. Sus vecinos tienen todos casa, coche, perro, jardín...tan sólo les distingue una leve tonalidad, un color. Y llega él, tan distinto, tan diferente y quizás por eso, oculto en su mansión. En ella vive una criatura también diferente al resto, un artista, que es descubierto por sus vecinos por casualidad. A nadie le importa que tenga defectos físicos, todos quieren formar parte de la novedad, quieren ser sus amigos, o algo más.

En un mundo tan poco creativo, la criatura goza transformando la ciudad en arte, lo normal en especial, lo humano en mágico... Él les ha enseñado su habilidad, su don...Ellos le enseñan su moral, pero también su manera de implicarse en ella, sus pecados y perversiones... que no hacen públicos, que tratan de disimular, pero que él termina viendo. Pero él no puede aparentar, él sólo sabe crear, es un artista, pero en una sociedad viciada, hipócrita, que le lleva a cometer actos horribles según la mentalidad del pueblo, pero actos de bondad según las bases de la moral que le han enseñado...Esos seres humanos que le han enseñado el bien y el mal, le obligan a hacer lo malo, pero también son esos seres humanos quienes le recriminarán después. Lo persiguen, lo maldicen, y le dan muerte, pero una muerte nietzscheana, como la del dios. Es el loco, como en Zaratustra, quien da la noticia al tumulto, y aunque quieren matar a dios, o a la criatura, se sorprenden, no es posible que haya muerto; ahora qué.

Cuanto más especial es un ser, su destino se encamina más hacia una inevitable soledad. Él no es humano, pero su creador le inculcó los valores de los que los seres humanos nos apropiamos: tal vez por eso sea un artista, o tal vez porque es un artista, tiene esos buenos sentimientos.

Pero la naturaleza de sus manos es caprichosa. Su creador, murió antes de terminar su bella creación, empujando a su ser al escondite forzoso de lo diferente. Él no tiene manos humanas, Edward tiene tijeras. Con esta parte de sí mismo que lo diferencia de los otros, o que lo convierte a él en lo otro, con estas tijeras, Edward es capaz de crear arte, de sorprender, de ilusionar... pero son estas tijeras también con las que hace daño, con las que corta. Él, en su mundo solitario, no sabía que podía herir a los demás, sólo sabía que él podía autolastimarse.

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Siempre me han entusiasmado sobre todo las historias de seres especiales, casi siempre individuos solitarios, no de mutuo acuerdo entre su deseo y la realidad, sino marginados en la sociedad que les ha tocado vivir, por ser diferentes, por ser especiales. Pinocho, que era de madera, los mutantes y poderosos seres de la Patrulla X, Edward Manostijeras. Y mi película preferida siempre ha sido Eduardo Manostijeras, (no entiendo por qué en el título se llama Eduardo, cuando en la peli lo llaman Edward), el más bello cuento de hadas y demonios que he disfrutado en el cine. Quizás sea que yo siempre, por mi timidez, me haya sentido más identificado con estos personajes.


Espero ser capaz de situar este blog en uno de los extremos más apartados de Suburbia, una de esas mansiones donde la imaginación y la creatividad dan formas mágicas a este mundo hipócrita y pervertido por una falsa moral que aniquila todo lo diferente, por muy bellos que puedan ser los sentimientos de cada uno de los seres.





Bienvenidos, y que la nieve nos haga soñar a todos!